Y aquí una guitarra suena en la Isla de Palma, donde unas manos recorren un mástil para decir sin palabras: uh, te quiero, te quiero; uh, te quiero, te quiero.
Dos estrellas han caído del cielo y a tu cara han ido a parar. Se ha convertido en dos ojos, tan verdes, que se confunden en el fondo del mar. Y aquí una guitarra suena en la Isla de Palma, donde unas manos recorren un mástil para decir sin palabras: uh, te quiero, te quiero; uh, te quiero, te quiero.